12 de noviembre del 19
12/11/2019 § Deja un comentario
Cuenta la leyenda que un caballero jerezano, llamado Luis de Montoro en algunas versiones, Álvaro de Mendoza y Virués en otras, con fama de jugador, espadachín y bebedor, tras haber dejado en el suelo a una víctima de sus duelos, tuvo la osadía de retar al mismo diablo.
En el momento de haber clamado el reto, sintió una fuerte punzada en su brazo derecho, apareciéndole una enorme herida sangrante. Huyó con horror a su casa en la calle Justicia, a través de la Plaza del Mercado. Para paliar sus miedos y calmar su remordimiento, en su casa y en dirección al Rincón Malillo, mandó poner una cruz de hierro forjado en una hornacina en piedra.
Cuentan que desde entonces pasó horas encerrado en su casa y comenzó a ser conocido por los vecinos como El Enjaulado. Tras su muerte, muchos años después, la herida de aquella noche seguía sin cicatrizar.
Fuente: La leyenda de Rincón Malillo
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